No soy dado a escribir sobre mis experiencias con las empresas de las que recibo servicios, pero en este caso quiero hacer una excepción. Y lo hago porque creo que lo que a mí me ha sucedido puede animar a otras personas en mi situación a confiar un poco más en las nuevas tecnologías y en los servicios, para mi muy novedosos, que Internet ofrece.
Durante toda mi vida he sido autónomo, he trabajado bastante duro y gracias a eso dispongo de unos ahorros que confío que me permitan vivir con holgura ahora que he dejado de trabajar. Con la crisis comencé a ver que mi negocio daba pérdidas. Dado que me faltan pocos años para alcanzar la jubilación, tenía dinero suficiente para vivir decentemente hasta que me tocara cobrarla y como tengo realizadas las suficientes cotizaciones pensé que sería buena idea cerrar las puertas y no seguir peleando contra los elementos.
Puse mi dinero a plazo fijo y me dispuse a descansar. Al cabo de un año mi hijo nos dio a mi esposa y a mí la noticia de que se casaba y que iba a hacernos abuelos. La alegría fue inmensa y entonces pensamos que un buen regalo de bodas sería darle a nuestro hijo la entrada para una casa. Tras hacer muchos números pensamos que la mejor opción era pedir un préstamo y no desprendernos de todo ese dinero de golpe. Acudimos al banco, al que nos ha llevado los asuntos toda la vida, para solicitarlo.
Todo fueron sonrisas y buenas palabras pero a la hora de la verdad la respuesta nos dejó helados. No nos concedían el préstamo puesto que yo era una persona en paro y sin ingresos. Os ahorraré la conversación que tuvo lugar con el director de la sucursal porque no habría espacio suficiente para expresar la rabia e impotencia que sentí.
Mi hermano me habló de una solución
Comentando con mi hermano lo que me había pasado y lo mal que me había sentido con todo lo ocurrido, me comentó que por qué no pedía el dinero a Banca Particular. Me explicó que era una empresa que operaba a través de Internet y que se dedicaban a prestar dinero a personas que no podían demostrar sus ingresos pero que tuvieran una casa en propiedad libre de cargos.
Me contó también que ellos no serían los que me prestaran el dinero, sino que sería otro particular el que lo haría y que Banca Particular tan solo serían los intermediarios que gestionarían todos los trámites. Le expresé mis dudas, no me sentía muy seguro haciendo negocios a través de la red ya que yo siempre había sido de tratar con mis clientes cara a cara.
Entonces vino a casa y nos mostró a mi mujer y a mí la página y me comentó que todo se haría ante notario, con lo que ambas partes tendríamos la seguridad de que el negocio era totalmente legal y transparente. Yo seguía teniendo mis temores a que finalmente todo fuera mucho más caro de lo que decían. Me aseguró que no debía de preocuparme de la letra pequeña o de comisiones ocultas y me reconoció que él mismo había utilizado los servicios de la Banca Particular y por eso sabía que no había nada de lo que desconfiar.
Todo fue muy sencillo
Cubrimos el formulario que había en la página y solicitamos la información para el dinero que necesitábamos. En seguida recibimos una respuesta diciéndonos que nuestra petición era viable. Llamamos por teléfono para hablar en persona y formular todas las preguntas que a los dos se nos estaban pasando por la cabeza y muy amablemente nos resolvieron todas las cuestiones. La verdad es que el trato humano fue fundamental para nosotros, ya que cada vez que llamamos nos sentimos bien atendidos y conseguían de una manera clara y muy profesional disipar cualquier miedo.
Nos ofrecieron unos intereses muy razonables y la posibilidad de devolver el dinero antes de plazo con una comisión de pago anticipado muy pequeña. Este punto era importante para nosotros pues queríamos tener la posibilidad de que, si más adelante podíamos disponer del dinero, pagarlo sin esperas.
Fue tan rápido que nos parecía imposible y antes de que nos diéramos cuenta estábamos en la notaría firmando la documentación. El dinero estuvo en nuestra cuenta en el momento acordado y en el tiempo que llevamos pagando las cuotas jamás ha habido un solo problema.
Recomiendo esta empresa a las personas en mi situación
A todas las personas en mi situación quiero recomendarles que no desconfíen de algo simplemente porque no lo conozcan. Este tipo de empresas pueden ayudar mucho a personas que como nosotros podíamos pagar un préstamo pero no encontrábamos quien nos lo diera por la vía tradicional.
Mi hijo tiene por fin su piso y nosotros la satisfacción de haber podido ayudarle en el momento en que más falta le hacía. Y todo de una forma segura y sin problemas.