La impresión digital de inyección de tinta es, sin duda alguna, uno de los métodos más populares y extendidos, sobre todo entre el gran público. Y es sus características generales hacen que tanto el procedimiento, como el mantenimiento y el coste lleven consigo un equilibrio que haga muy atractivo su uso, sobre todo cuando el número de impresiones a realizar no es muy elevado.
Igual que en la impresión láser, en este caso tampoco se produce un contacto directo con el papel. La tinta, contenida en los diferentes cartuchos, es expulsada a través de unas boquillas que están situadas en los cabezales de impresión. De esta manera, a medida que el cabezal se desplaza por la página lateralmente, se van quedando fijadas las diferentes franjas. Antes, la mayor parte de las impresoras necesitaban dos cartuchos (uno para imprimir en monocromo y otro para color); sin embargo, este método tenía una desventaja muy clara, y es que en el momento en que se agotaba la tinta de uno de los colores hacía imprescindible reemplazar por completo el cartucho. Ahora, la mayoría de las nuevas impresoras utilizan cuatro cartuchos: además del de tinta negra, tenemos los colores magenta, cyan y amarillo por separado, de manera que se pone remedio a la problemática en gran medida, ya que sólo hace falta sustituir el cartucho que se haya agotado.
Esta mejora de los nuevos cartuchos ha sido muy importante para el uso de las impresoras digitales de inyección de tinta, ya que una de sus mayores desventajas es el coste de impresión (puesto que los recambios consumibles son algo caros). Sin embargo, hay que tener en cuenta que para un uso ocasional, el desembolso que realizaremos con este tipo de máquinas es mucho más recomendable que el que realizaríamos con una impresora láser, mucho más ventajosa en casos de impresión regular y en grandes cantidades.
A la hora de decantarnos por una impresora digital que utilice un sistema de inyección de tinta no debemos preocuparnos por la rapidez de impresión; si bien las copias a color se imprimirán de forma algo más lenta que las monocromas, la velocidad de impresión se ha acelerado bastante en los últimos tiempos gracias a las nuevas tecnologías, que han depurado los modelos para una mayor eficacia. De modo que tanto el desembolso inicial, muy atractivo, como la velocidad de impresión son factores que juegan a favor a la hora de decidirse por este tipo de máquinas. Tampoco hay que olvidar que se pueden obtener calidades de impresión más que óptimas con estas impresoras, de manera que la calidad no es un problema a la hora de optar por ellas.
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